La motivación para el logro

La motivación puede definirse como la capacidad del ser humano para orientar su conducta hacia un determinado objetivo. De hecho, la mayor parte de las conductas llevadas a cabo por los seres humanos incluyen algún componente motivacional. Actualmente muchas personas recurren al psicólogo para hacer frente a problemas y dificultades en el proceso de motivación.

Los primeros teóricos del comportamiento, bajo la influencia de Darwin, estudiaron la conducta humana en la medida en que estaba controlada por fuerzas biológicas, como los instintos específicos. Si bien es cierto que este enfoque ha ido perdiendo adeptos, muchas de sus aportaciones se mantienen actualmente en el ámbito de la psicología evolutiva. En efecto, tal y como se ha comprobado en los últimos años, la idea de que las necesidades fisiológicas nos impulsan a satisfacer determinadas necesidades, proporciona sólo una explicación parcial de lo que activa y orienta la conducta humana. En este sentido, determinados factores como el hambre y el sexo incluyen tanto componentes sociales como fisiológicos. Pero además, existen otros motivos que parecen no satisfacer ninguna necesidad física. Por ejemplo, personas que tienen mucho dinero pueden motivarse para conseguir aún más dinero, los políticos para alcanzar aún más poder y los artistas de cine y deportistas famosos para conseguir cada vez más prestigio y reconocimiento. Estos son sólo algunos ejemplos de motivos que parecen no disminuir cuando están alimentados y que constituyen la denominada motivación para el logro.

La motivación para el logro se manifiesta cuando las necesidades básicas están satisfechas y los seres humanos orientan su conducta a la superación personal, a conseguir determinados objetivos personales y a la competencia en determinadas áreas. De este modo, se ha comprobado que las personas con una elevada necesidad de alcanzar logros  se caracterizan por su tendencia a preferir aquellas tareas que les supongan retos moderados y a perseverar en su consecución.

Para conseguir que los niños orienten su conducta a la consecución de logros es necesario intervenir tanto desde el hogar familiar como desde la escuela, fomentando y reforzando los logros independientes, en lugar de controlarlos en exceso con recompensas y amenazas. Diversas investigaciones realizadas al respecto han puesto de manifiesto que los hijos primogénitos son los que tienden a mostrar una mayor motivación para el logro, ya que las pautas educativas que reciben en sus hogares son diferentes a las que reciben el resto de hermanos.

El filósofo Bertrand Russell dejó constancia de su motivación y afán de superación acuñando la siguiente frase:

“Cuando una persona sabe para donde va,

el mundo entero se aparta para darle paso”.