La llegada de la psicología al mundo del deporte constituye un fenómeno relativamente novedoso. Esta disciplina se ocupa de determinados factores psicológicos que influyen en el rendimiento del deportista y en los efectos psicológicos que se derivan de la práctica deportiva. Aunque los principios de la psicología en el ámbito deportivo son aplicables a todo tipo de deportistas, el presente artículo está estrechamente relacionado con la práctica deportiva de alto rendimiento.
La competición de élite se relaciona con la necesidad de ganar o al menos de superarse, y ello requiere, además de una correcta preparación física, de un estado emocional óptimo. En muchas ocasiones la presencia de determinados factores externos e internos acaba afectando a la ejecución del sujeto durante la práctica deportiva. Entre dichos factores destacan las expectativas propias del deportista, los factores de presión externos (entrenadores, federaciones, aficiones…) y los factores desestabilizadores precompetitivos. Debido a esto, muchos programas de entrenamiento psicológico se orientan, al menos en primera instancia, a que el deportista tome conciencia de la importancia de no someterse a un nivel de estrés y de presión demasiado elevado.
El alto grado de profesionalización conseguido en muchos deportes, así como el creciente impacto social y económico, ha llevado a una mayor minuciosidad a la hora de preparar las competiciones. De este modo, determinados componentes psicológicos que antes no se tenían en cuenta, han pasado a considerarse decisivos a la hora de garantizar un óptimo rendimiento durante la competición. Los aspectos psicológicos que se considera que tienen un efecto más directo sobre el rendimiento del deportista de élite son los siguientes:
- Las motivaciones individuales y del grupo, en caso de que se trate de deportes de equipo.
- Las expectativas propias y ajenas.
- El estado de ánimo.
- El nivel de autoestima.
- La seguridad en uno mismo.
- La autoeficacia
- Los niveles de ansiedad.
- Los niveles de concentración.
Teniendo en cuenta los datos anteriores, se puede afirmar que un buen programa de entrenamiento psicológico tendrá entre sus objetivos ayudar a los sujetos a conseguir una mayor autoestima, una mayor autoconfianza, un nivel óptimo de concentración y un mayor autocontrol de sus pensamientos y comportamientos.
Por otra parte, señalar que un momento crítico en el que la presencia del psicólogo se hace especialmente necesaria, tiene que ver con la pérdida de motivación que suelen presentar algunos deportistas. Cuando esto sucede, la labor del psicólogo debe centrarse en conseguir que el deportista recobre la ilusión, mantenga el entusiasmo por competir y continúe obteniendo satisfacciones derivadas de la práctica deportiva.
La mayoría de los deportistas actuales se benefician de la ayuda de psicólogos para mejorar su rendimiento durante la alta competición. Uno de ellos, el campeón de MotoGP Jorge Lorenzo, nunca escondió que buena parte de sus éxitos tienen que ver con una buena preparación psicológica, afirmando lo siguiente al respecto:
“Hablar con el psicólogo es como tener la opinión de un buen amigo, te da un punto de vista diferente que te abre puertas que uno mismo ve cerradas en momentos puntuales”.
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