Adicción

Qué es adicción


La adicción son tanto enfermedades físicas como trastornos psicológicos que someten a quién las padece a la esclavitud de una sustancia, una conducta o una respuesta física o psicológica del organismo. Afectan al comportamiento y perjudican física, psíquica y socialmente al afectado y a sus más allegados.

Su origen es multifactorial, se han encontrado causas genéticas, biológicas, psicológicas y sociales, por lo que nadie queda exento de la posibilidad de sufrir este mal. Entre los síntomas principales de la adicción destacan la falta de control y la persistencia en la conducta adictiva a pesar del daño que origina; el deterioro en la calidad de vida de la persona y el autoengaño para no reconocer la pérdida de control ni relacionar la adicción con las consecuencias negativas que provoca. Tras la toma de conciencia de la enfermedad, la ansiedad y la frustración suelen agravar el problema.
Las adicciones son muy resistentes a la extinción, los tratamientos suelen ser de larga duración y las recaídas muy frecuentes. Las intervenciones más efectivas son las que abordan el problema desde sus tres ángulos: biológico, psicológico y social.

Cuando la adicción es al consumo de sustancias tóxicas topamos con el agravante que supone el deterioro neurológico del consumidor, quién, según el grado de afectación, puede necesitar apoyo farmacológico además de la terapia con ayuda de un psicólogo e incluso rehabilitación neuropsicológica para recuperar las facultades más afectadas.

Origen de las adicciones


Las adicciones se pueden entender como el síntoma de un vacío existencial, una carencia o sufrimiento insoportable que la persona sustituye por una conducta menos dolorosa, aunque pueda ser más punitiva.

La sociedad actual, acelerada y estresante, artificial y compleja, en ocasiones nos obliga a evitar nuestras inclinaciones naturales y a seguir caminos estrechos y unidireccionales sin dar lugar a la queja. Los conflictos que surgen no suelen ser exteriorizados y en lugar de analizarse son reprimidos y tratan de olvidarse, aunque no desaparecen sino que generan síntomas. La conducta adictiva serviría para ahogar estos síntomas que evidencian un problema mayor.


La adicción y su tratamiento


La intervención psicológica debe profundizar en la terapia buscando estos problemas que subyacen tras las adicciones al mismo tiempo que trata de suprimir las conductas perjudiciales. Mientras el conflicto de base no se resuelva, el tratamiento estará incompleto y la persona que consiga liberarse de una adicción puede recaer o incurrir en otra u otras conductas por no contar con recursos para enfrentarse al vacío.

La ayuda de un psicólogo es muy recomendable.